Pensamos en una acción con dos momentos, uno de expectativa y después el envío central.
En el primer momento, nuestro público recibía en su casa una carta enviada por un supuesto despacho de abogados. Una carta muy corporativa y seria, que les comunicaba la historia.
Les contábamos que: nos poníamos en contacto con ellos porque CEPSA nos había informado de su viaje a Egipto,
y que desde hacía mucho tiempo, nuestro despacho de abogados tenía en custodia el diario de un antepasado suyo,
un gran viajero, contando su aventura en Egipto.
El viajero en cuestión, había dejado como última voluntad, que ese diario le fuese entregado al primero de sus
descendientes que viaja a Egipto.
Muy pronto le haríamos llegar esa preciada herencia.
Unos días después, la persona recibía en su casa un paquete con una carta manuscrita de su antepasado,
un envío muy rústico, como hecho a mano. Al abrirlo, encontraba el diario, una libreta de viaje, cosida a mano,
con mapas, llena de apuntes, recortes y notas pegadas.